-1917 Nació el 8 de mayo en la capital de la occidental
provincia de Pinar del Río, hijo de Pastor y Valeriana, familia humilde que
inculcó a sus hijos el buen ejemplo y el respeto por los semejantes.
Era moreno, de estatura mediana y sonrisa simpática, con don
de gentes y un espíritu capaz de comerse al mundo. Desde muy joven estuvo
familiarizado con la vida musical de su provincia
-1920 y 1930 cantó en sextetos y otros grupos típicos de la
música cubana, sobre todo, las orquestas de Niño Rivera, Jacobo González
Rubalcaba y Fernando Sánchez
-1932 integró la agrupación musical “Los Carameleros” con la
que realiza sus primeras presentaciones. Por el tono de su voz y su estilo para
cantar, se vinculó, en 1934, a la orquesta de Fernando Sánchez y en 1936 a la
de Jacobo González Rubalcaba.
-1938 Llego a La Habana, con poco más de 20 años de edad,
invitado por Ernesto Muñoz, conocido por todos como el maestro Muñoz a quien
pocos recuerdan hoy día, pero que en la década de 1930 sonaba bastante porque
dirigía su propia orquesta. El referido maestro le propuso a Cuní incorporarlo
a su agrupación, con la cual permaneció alrededor de dos años, dándose a
conocer en el mundo artístico capitalino y cumpliendo así su deseo de
establecerse en la urbe. Poco tiempo después integró la orquesta "Arcaño y
sus maravillas" que dirigía el flautista Antonio Arcaño, músico exigente
que revolucionó el género danzoneril. El maestro Arcaño elogió siempre al
gustado cantante:
-1940,” en la antigua emisora
Casa Lavín, de Reina 314, que luego fuera Mil Diez, comenzó Cuní a trabajar
conmigo... Fue un cantante que gustó mucho entre los bailadores, con una voz
fuerte de sonero grande, muy inteligente, con exquisita pronunciación y una
tesitura de extensión poco común en cantantes de su género, comento el maestro “Arcaño”
Miguelito tuvo además la gran oportunidad de tocar con
Arsenio Rodríguez, el ciego maravilloso, y, el pianista y arreglista Luis
Martínez Griñan (Lili) quien recordaba Cuní como un cantante inteligente y
rápido para aprenderse las cosas.
”Yo no he chocado con otro cantante tan inteligente como él.
Tenía una voz que era bien asimilada por el micrófono, capaz de alcanzar los
tonos altos que se exigieran...un sonero de los buenos"
Con el grupo Arsenio grabó varios temas resultando más
popular "El guayo de Catalina".
- 1947, viajó como solista a los carnavales de Panamá, donde
permaneció por dos años, para regresar luego a la orquesta de Arsenio Rodríguez
en 1949. Si embargo la etapa más recordada del quehacer de Miguelito Cuní,
comenzó en 1949, cuando Arsenio Rodríguez decidió viajar a Nueva York, con el propósito
de recuperar su visión y recuperar su carrera artística, dejando el conjunto en
manos del trompetista Félix Chapotín.
- 1950, Cuní alternó en ocasiones con la orquesta de Benny
Moré pero manteniendo siempre su lugar junto a Chapotín y su conjunto,
prevaleciendo entre ambos una entrañable amistad. Por más de 30 años Chapotín y
Cuní fueron compañeros inseparables y realizaron gran cantidad de grabaciones
con éxito, sobresaliendo entre ellas "El carbonero" y "Quimbombó
que resbala".
- 1959, Miguelito Cuní continuó su trabajo musical
intensamente, tanto en Cuba como en el extranjero. Junto con Chappotin actuó en
los escenarios más importantes del país viajando, además, a las Antillas Holandesas,
Curazao y Estados Unidos.
- 1960se presentó en Nueva York, sumándose por un corto
espacio de tiempo a la agrupación de Arsenio Rodríguez, quien se había
convertido en genuino estandarte de la música cubana en el lugar. Por aquella
época ya Cuní era una de las voces imprescindibles del son y el bolero; había
inmortalizado el bolero “Convergencia”, con el que alcanzó la cumbre de la
calidad de interpretación y sentimiento.
- 1978 viajó a la Unión Soviética con la Orquesta Cubana de
Música Moderna, junto a músicos de la talla de Enrique Jorrín, Richard Egües,
Tata Güines, Juan Pablo Torres, Rafael Bacallao (Felo), Teresa García Caturla,
Carlos Emabale y Félix Chapotín. De él la cancionera Moraima Secada expresó:
"Aunque sonero natural, lo mismo cantaba un bolero de
esos que estremecen a una, que un son o un guaguancó. Muy completo como
intérprete, y muy afinado, con una cuadratura y un sentido del ritmo bárbaros.
Y si a eso se le une la simpatía de su personalidad, es fácil comprender por
qué gustaba tanto..."
Grabó varias placas y discos de larga duración que fueron
divulgados en el mercado internacional bajo el sello de la firma Areíto, dentro
de los que se situaron "La Guarapachanga", grabado con el Conjunto
Chapotín y "Convergencia", bolero de Bienvenido Julián Gutiérrez y
Marcelino Guerra que cantaba a dúo con el trovador Pablo Milanés y que fue
escuchado por vez primera en las voces de ambos durante el Festival Nacional de
son de Guantánamo en 1980. En 1981 viajó a venezuela junto a una delegación de
artistas reunidos bajo el nombre de "Estrellas de Areíto", y el
director de aquella agrupación, el maestro Enrique Jorrín, refiriéndose a
Miguelito aseguró:
” en el orden personal, he conocido pocas personas tan
respetuosas como él; respetuoso como amigo y como compañero, con la intención
del autor de una melodía y también en la interpretación".
En su última grabación discográfica realizada interpreta el
bolero, Lágrima‚ del larga duración titulado “De nuevo Arcaño”. Su último viaje
al exterior fue a México y data de 1982.
Además de cantante incursionó en el mundo de la composición
musical, de su autoría se citan:
Congo africano
¡Ay mamita!
Batanga africana
A bailar con la guajira
Sones montunos de finales de la década de 1950, los boleros:
Lloró Changó
Toque santo
Las ansias mías
A ti, Benny Moré
Y la guaracha "Esto no se ve", entre otros
títulos.
Murió en La Habana, el 3 de marzo de 1984, tres meses
después que su entrañable amigo y compañero de innumerables jornadas, Félix
Chapotín, quién había fallecido el 21 de diciembre de 1983.
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