Trinidad de Cuba colonial






Los archivos de la corona española testifican que el viernes 23 de diciembre de 1513 arribó Diego Velázquez de Cuéllar al río del Guaurabo cerca de Jagua en donde predijo fundar la Villa de La Trinidad. A finales de año Velázquez ordeno un reconocimiento de la zona y a principio de 1514, en las márgenes del río Arimao cerca de la bahía de Jagua, amplia rada cuyas bondades fueron altamente apreciadas por los conquistadores, se funda la villa de la Santísima Trinidad. La fundación de la nueva villa se realizó antes del 10 de febrero pues Velázquez en esa fecha envía unos barcos a cargar casabe para Trinidad.
Pero el asiento quedó distante de los ríos donde se establecieron los lavaderos de oro. A mediados de 1515 ya se encontraba en su actual emplazamiento, en la cercanía del poblado indígena de Manzanillo —en el que Diego Velázquez pasó la Navidad del año 1513 agasajado por el cacique Manatiguahuraguana— y que según el Fidalgo de Elvas era el mayor pueblo de indios de Cuba.
Al criterio del obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, el traslado fue motivado por acercarse a la aldea aborigen que:
 “quedaba en el centro de los pueblos de indios situados en la comarca: todos habían de quedar sujetos a la nueva población (...)”
En 1518, zarpando del puerto de Trinidad, Hernán Cortés inicia su expedición hacia México. Trinidad era un asentamiento rico en oro, pero al agotarse este mineral se produce un gran despoblamiento como en el resto de la isla. A finales del siglo XVI solo quedaban seis familias españolas en la comarca. Con el descenso de la población nativa comienza la importación masiva de esclavos africanos. Para ese periodo la función estratégica de la ciudad portuaria es suplantada por su función económica.
Francisco Iznaga, fue un rico terrateniente de origen vasco asentado en la región oriental de Cuba durante los primeros años de la colonización de la isla. Fue elegido regidor de la villa de Bayamo en 1540 fundada en 1513 por Diego Velazquez, va a ser uno de los más prominentes hacendados de la villa. Iznaga fue origen de un poderoso linaje que se asentó finalmente en la villa. Sus descendientes defendieron la causa autonomista y la anexión a los Estados Unidos en el siglo XIX.
Durante los primeros tres siglos de la colonia, la actividad económica fundamental fue el llamado "comercio de rescate", el contrabando con los corsarios y piratas del resto del Caribe, lo que provocó muchos problemas con el gobierno central de la isla.
En la isla de Cuba, el siglo XVII se caracteriza por el desarrollo de la ganadería y las plantaciones de caña de azúcar y de tabaco. Aumenta la prosperidad de Trinidad paralelamente a la demanda española de productos de la ganadería y del tabaco.
Actual Valle de los Ingenios desde el Mirador
En los finales del siglo XVIII, se acelera el desarrollo agrícola cañero debido al floreciente comercio con el resto de las islas de la región y la entrada de gran cantidad de esclavos a las plantaciones, el Valle de los Ingenios se convierte en una zona altamente productiva. Lo que genera la construcción de numerosos ingenios en los valles cercanos. Las ideas de la Revolución francesa y la independencia del resto del continente tuvieron un gran impacto en Trinidad.
En el censo de 1827 se empadronan en Trinidad, sólo en el área urbana, 12.543 habitantes. En esta época comienza el auge de las grandes construcciones de diversos estilos (el Palacio de Borrell, el Palacio de Iznaga, el Palacio de Don Justo Cantero, el Palacio del Conde de Brunet y el Palacio de Bécquer). Diversos consulados se asientan en la villa y es visitada por gente del mundo entero.

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